Créditos de la foto: instagram @fueradefococrew
La escuela tradicional se construyó a la luz del paradigma moderno, en que el cuerpo y la razón se conciben como antagónicos. Así, la educación quedó asociada a la razón, desterrando la corporalidad y todos los asuntos que implica: sensibilidad, percepción, expresión, multiplicidad, plasticidad, emoción.
Desde la teoría de las enseñanzas implícitas sabemos que el trayecto escolar de las personas educadoras es el primer eslabón de la formación docente. Consideramos que indagar en las huellas de ese currículum oculto del cuerpo durante la vivencia como estudiantes es el primer paso para descifrar y visibilizar esos aprendizajes, que configuran la matriz desde la cual pensamos, comprendemos, nos relacionamos y accionamos en y con el mundo.
Problematizar el asunto Cuerpo y Educación, abrazar sus tensiones, entramar teoría y práctica, comenzar a analizar relaciones, coincidencias y disyunciones requiere visibilizar los saberes-sentires previos sobre estas dos ideas-fuerza centrales como punto de partida que más potencia le da al análisis, y el que mejor invita a reflexionar sobre lo que se pone en juego en la trama Cuerpo-educación. Pensar desde y con el cuerpo.
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